Capítulo 1: “Sobresalto”

Capítulo 1:

Desperté sobresaltado, no recordaba nada de lo que había sucedido.

-¿Lograste descansar?- me dijo una voz familiar desde la oscuridad de la habitación.
Sí, pero… -articulé.
Mi voz no salía, sobresaltado me levanté del grupo de mantas que en el suelo me había cobijado durante la fría noche, logré llegar hasta una ventana y lo que vi me dejó atónito, no podía creerlo un montón de autos chocados, grifos reventados, papeles y destrucción por todos lados.

¿Qué diablos pasó?- Pregunté a la persona que ahora lograba ver.
Ellos arrasaron con todo, se llevaron a nuestras familias, nuestras casas, nuestras vidas, TODO.- me respondió un joven alto de mirada dura y cabello negro, que reconocí de inmediato como uno de mis amigos.

¿Quiénes son Ellos?- pregunté deslumbrado por la cantidad de hechos acontecidos.
No hay tiempo- me interrumpió- debemos movernos, salir de aquí, no podemos permanecer más de un día en el mismo lugar, los demás fueron a buscar alimento, apenas vuelvan nos vamos. No preguntes nada por ahora, de a poco entenderás todo.

Un golpeteo se escuchó en la gran puerta de madera, por la ventana logré ver un grupo de caras conocidas, pero bastante magulladas y deterioradas. Apenas los vi atiné a abrazarlos y preguntarles como estaban, aunque no recibí respuesta alguna, me hicieron tomar mis cosas y salir.
En el momento en que salimos me di cuenta donde estábamos, en mi escuela, donde había estado educándome durante tantos años y que tantas alegrías y tristezas me había dado, pero ahora estaba todo destruido, nada era igual, un extraño sentimiento invadió mi cuerpo, un sentimiento de duda, pena y hasta miedo, sentí miedo de no poder saber que pasaba, y lo más extraño, caminar escondidos en una escuela totalmente desierta, agaché la mirada cuando una mezcla de sentimientos copó mis pensamientos, alguien se había detenido al lado mío.
Ya sabrás que pasó, cuando nosotros lo averigüemos- me dijo una voz dulce proveniente de una amiga de la infancia- no te preocupes, mira allá.
Alcé la mirada y vi algo totalmente extraño, un grupo de pupitres, cuadernos, mesas, sillas y hasta pizarrones estaban agolpados en las puertas de algunos salones grandes de la escuela, esto era tan extraño que decidí acercarme a uno del grupo y pregunté:

¡Debes decirme que ha sucedido aho!- interrumpí lo que estaba diciendo en el momento en que sentí que algo llegaba directo hacia mi hombro. Fijé mi mirada en una pequeña piedrecilla que había llamado mi atención.

¡La señal!- dijeron al unísono los demás del grupo.

¿Señal?- pregunté sobresaltado

¡Síguenos!- respondió mi amigo Jesús.

¿A dónde vamos? – pregunté.

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Postearé el segundo capítulo apenas lo tenga listo :)

-Claudio-